Los alcaldes de Leganés y Alcalá de Henares presiden ‘El recuerdo que nos une’ en los cementerios de sus ciudades

Los alcaldes de Leganés, Santiago Llorente, y Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, han presidido los actos celebrados por Funespaña el pasado 1 de noviembre en los cementerios de Leganés y Alcalá de Henares y han presentado un memorial que Funespaña ha instalado en los dos cementerios en recuerdo de todas las personas que han fallecido o fallecen por la pandemia de la COVID-19.

Homenaje online en honor a los fallecidos

Se ha realizado en sendos actos a través de streaming en los que han participado ciudadanos afectados por algún fallecimiento familiar durante los meses anteriores. También han participado responsables y trabajadores de los dos cementerios y los alcalde de Leganés y Alcalá de Henares.

Los actos se han retrasmitido vía streaming y han contado con actuaciones musicales entre las intervenciones.

El recuerdo que nos une

Parque Cementerio de Leganés

Carlos Díaz, Gerente del Parque Cementerio de Leganés – Santiago Llorente, Alcalde de Leganés – Mercedes Alameda, familiar afectado – Concepción Saugar, Concejal de Salud del Ayuntamiento de Leganés

Cementerio Jardín de Alcalá de Henares

Mercedes García, Gerente del Cementerio Jardín de Alcalá de Henares – Javier Rodríguez Palacios, Alcalde de Alcalá de Henares – Javier Fonseca, familiar afectado.

Inauguración del memorial «El abrazo»

Se ha presentado una escultura de la artista Ana Hernando que evoca a dos personas abrazadas.

“Somos abrazos. Eso es lo que somos en esencia. Es lo que he sentido durante el confinamiento al que el coronavirus nos ha sometido. Sí, es lo que echo de menos y lo que anhelamos todos. No importa el país, la cultura, la edad, la condición… Somos abrazo y hoy somos un abrazo que espera”, ha explicado la autora que ha estado presente en el acto de Leganés.

“El abrazo” pretende ser un lugar de referencia y de memoria en los cementerios del Grupo Funespaña. La empresa hasta ahora ha creado tres esculturas iguales para sus cementerios de referencia de la Comunidad de Madrid, zona más afectada durante la primera ola de la pandemia.

 

Menos visitas y muchos controles

La pandemia del coronavirus se ha dejado notar también en la tradicional festividad de Todos los Santos, con menos visitas y mucha menos afluencia en los cementerios españoles, semivacíos la gran mayoría, con controles en los accesos y bajo estrictas medidas de seguridad, según informa Efe en un resumen.

«Yo pensé que iba a estar esperando a la puerta que salieran unos para entrar otros», cuenta Pepita en el cementerio de La Almudena, en Madrid, en este atípico día de Todos los Santos en el que, mientras el dispositivo policial ha aumentado, la afluencia de personas ha mermado: «Está más vacío que cualquier fin de semana».

Varios coches deambulaban por las calles de este cementerio, y han sido pocas las personas que, mascarilla mediante, se dedicaban a limpiar las lápidas y columbarios de sus seres queridos y a embellecerlas con flores.

En la entrada del cementerio, que se iluminó a lo largo del día como homenaje a los fallecidos por la pandemia, un cartel recordaba a los visitantes las recomendaciones: evitar días y horas de mayor afluencia, no permanecer mucho tiempo en el camposanto, traer agua del exterior para no usar las fuentes, mantener distancia de seguridad, y usar gel antes y después del uso de las instalaciones.

Además, para controlar que no se superaran los aforos (marcado en este cementerio en 22.000 personas) y evitar aglomeraciones, el operativo de Policía Municipal contaba con 300 agentes -un 20 % más que en 2019-, y tres drones con cámara de vídeo y sistema de altavoces de la sección de apoyo aéreo.

En el Cementerio Sur, en el madrileño barrio de Carabanchel, la afluencia ha sido algo mayor, y en torno a varias tumbas familiares rodeaban el lugar de descanso de sus difuntos con sillas plegables, en algunos casos superando los grupos de seis personas.

La mayoría de cementerios catalanes amanecían también este domingo con una escena distinta a la que es habitual en estas fechas, semivacíos, con controles de acceso, geles hidroalcohólicos en cada esquina y con los pocos visitantes que se acercaban a recordar a sus difuntos equipados con mascarilla.

La estampa de este día de Todos los Santos ha contrastado también con la de los días anteriores, cuando se registró un aumento de las visitas por parte de quienes buscaban recordar a sus familiares o amigos pero no querían toparse con aglomeraciones.

En el caso de Barcelona, fuentes del consistorio han explicado a Efe que se está notando un descenso de visitantes respecto al año pasado, mientras que, durante la semana, el público ha crecido entre un 13 % y un 18 %.

Otros cementerios catalanes, en cambio, además de instar a la población a realizar su visita antes o después de Todos los Santos, han optado por emplear la tecnología para evitar mucha concurrencia.

Es el caso de Lérida, cuyo Ayuntamiento lanzó una aplicación móvil para pedir cita previa, requisito obligatorio para entrar en el camposanto los días 30 y 31 de octubre y el 1 de noviembre, con la que se llegaron a programar unas 6.000 reservas.

En Alicante solo 2.100 personas han acudido este domingo al Cementerio de ‘Nuestra Señora del Remedio’, en una jornada que ha transcurrido «con mucha normalidad, sin ninguna atención sanitaria ni aglomeraciones y cumpliendo todas las medidas sanitarias y de seguridad».

El cementerio general de Valencia ha recibido hasta primera hora de la tarde solo unas 5.000 visitas, lo que refleja «la contención» de la población en acudir al camposanto por las medidas de restricción impuestas a consecuencia de la pandemia.

Así lo ha asegurado el concejal de Cementerios y Servicios Funerarios del Ayuntamiento de Valencia, Alejandro Ramón, quien ha destacado que desde el inicio del operativo especial para espaciar las visitas por esta festividad, los cementerios municipales han recibido ya a unas 80.000 personas.

El confinamiento territorial de gran parte de las comunidades autónomas ha evitado también que la diáspora leonesa regrese en este puente festivo como es tradición para honrar a sus difuntos.
Así, la restricción a la movilidad y el aforo se ha dejado sentir en el cementerio de la capital leonesa con mucha menos asistencia de público, controlada en todo momento por agentes de la policía local para hacer cumplir las medidas de distanciamiento social y el uso de mascarilla.

La imposibilidad de realizar responsos ni ningún acto religioso en los cementerios ha ayudado también a evitar las aglomeraciones. Controles de aforo y mascarillas y toma de temperatura intentaban garantizar la seguridad en el cementerio de Pamplona, que esta mañana presentaba una imagen del todo insólita con apenas personas en su interior, algunas en solitario, otras en parejas y los menos grupos reducidos, aunque las tumbas sí que lucían flores nuevas colocadas en los días previos a la festividad de Todos los Santos.

Hasta el pasado 1 de noviembre, el cementerio de Palma habrá recibido a unas 18.000 personas repartidas a lo largo de toda esta semana, como había pedido el ayuntamiento para evitar aglomeraciones, unas 7.000 menos que en circunstancias normales, ha explicado el gerente de la empresa funeraria municipal, Jordi Vilà.

El dispositivo y el sistema de visitas con cita previa que había implantado el ayuntamiento para evitar un exceso de afluencia «ha ido muy bien porque no ha habido ninguna aglomeración».

La festividad de Todos los Santos ha sido también mucho menos concurrida en los cementerios riojanos a causa del covid-19, que ha obligado a los responsables de los camposantos a establecer controles de temperatura y aforos, además de la eliminación del agua de las fuentes, como el municipal de Logroño.

Y todo ello, bajo el denominador común de una sensación de tristeza entre las personas que se han acercado a rezar a sus seres queridos.

Vía: Revista Adiós Cultural